Mujer que nació entre cantores de cielos,
los que endurecen los amaneceres
del trabajo duro de aceres.
Mujer de lucha de genes
porque trabajó de sol a sol,
aún siendo mísero el camino
por tránsitos de su débil canto.
Mujer que arrenda ciudades por campos
pero con los mismos trabajos
de fuerza y ley de temples.
Mujer que atrae sudores
en fatigas de esfuerzos,
haciendo un bien de ayer
en un don que nos destina hoy.
Don de la paciencia,
de la honestidad
de ser mujer trabajadora,
mujer que lucha aún en carga
de ser fiel mujer
como madre a la vez.
Mujer de ramas crecidas
pero de cortas vistas,
cuando no ven el trabajo
duro de mujer de campo.
Trabajo duro por los cuatro costados,
los que dejaron en años
caminos sin cantos
en cenizas de leyes,
por acurrucar las manos
en fríos y calores de campos
de un pasado en presente,
que aún hoy duelen las cicatrices,
de un afuera del adentro saber
de las secuelas que envelan
el duro trabajo de ayer
sin destino de hoy...
Autora:Lucía Pastor
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