Soñar
despiertos, es soñar entre laureles del tempestad.
Soñar durmiendo es soñar entre
los causantes
del
despertar de la discordia a señalar,
la que a
veces no asimila si es por causa advertida de su verdad,
o es por lamento
de nuestro despertar de amar,
el que a
veces se siente sin más rodeos que el de su
andar,
sin más
destrezas que la de la humildad,
la que
todos gritan querer favorecer
pero la que un día se arrepiente y oculta su
saber ascender…
Soñar
despiertos en más fácil que soñar durmiendo,
despiertos
es controlar su estimulo de fuerza,
durmiendo
estalla su signo sin ser el tuyo,
no siendo
dueño del dormido estar de tiempo
por controladores de sueño, acomodando
orgullos de cuerpo
del sentir de oscuros,
sin saber
si nacimos o morimos entre luces de sueños.
Soñar
despiertos es soñar entre soles de tiempos astrales.
Soñar
durmiendo es soñar despertando
con la
furia de nuestros rostros,
acomodando
su látigo cansancio
del soñar
durmiendo, en vez de soñar despiertos
por el
acariciado soñar dormido.
Autora: Lucía Pastor
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