Otoño nostálgico
que entre su silencio
del caer de hojas
siento su peregrinación de adentro,
el que cesa aún del viento,
el que encoje de luz
del acabado calor del verano,
el que entre mis manos
siento su helado,
como siento cuando pequeños
lirios crecen en su blanco,
erizando al verlos,
como eriza mi vello
hasta mi pecho,
acurrucando
los sentimientos,
del querer amar
sin recuerdos de otoño…
Otoño peregrino
candente del verano,
acurruca su calor
entre los adentros,
para seguir aún despacio
los pasos del otoño,
preparando el crudo invierno,
sin que destelle de amor
la calidez de los ausentes,
del clamor fuerzas, de tiempos
que nos influya al amarnos,
sin frío que hiele,
cuando en verdad
es el verdadero
estar de amor…
Otoño silencioso
martirio de amores,
orillera el afluir de sus portales
el que nos rodea de amores,
encendiendo la luz de vela,
para no caer entre la luz débil
del sol del amanecer,
como la del amar
es de amantes,
cuando la noche
larga nos acompañe,
del decir que amemos
sin fríos de calores,
sin tiempos recortables
del amanecido
y temporáneo otoño…
Autora: Lucía Pastor
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