sábado, 27 de octubre de 2012

REFLEXION DE UNA MADRE

El amor de madre es lo mas profundo
que de amor y dolor del alma existe,
dejando caminos de olvido, horizontes recorridos,
sueños despiertos, lunas y estrellas alcanzables,
y soles que en su recompensa nos alumbra
en la luz del cuidado de ellos...

Y a veces al sentirlos de amor muy adentro
queriendo entregarles en su enseñanza demasiado,
quizás nos equivoquemos, en ese consejo, en esa riña,
o en esa palabra de mirada, que sola habla,
hacia un camino y un mundo complicado,
distinto del que ellos imaginaban,
creyendo que las aguas eran mansas,
al igual como las que bebían en su casa,
siendo revueltas en cada paso de afuera,
desviando alguna rama de camino de vuelta...

Cegándoles en esos ojos del crecer
y del ver el amor en su camino libre,
aun en sus errores, aun en tormentas
y mareas, y la tierra desaparezca,
el cielo de una madre existirá para calmarle,
como calman de niños abrazándoles,
como se calma en el tiempo de madurez...

Viendo, porque vimos, que el amor de unos padres,
nunca desaparecen, aun siendo diferentes
al entenderse hijos y padres, al no haber andado
juntos en la enseñanza de tiempos y edades,
y siendo cada uno, uno mismo en sus pensamientos,
son hijos y padres de la misma sangre,
y de un  mismo sentimiento, el del amor,
porque nació de el, creciendo
en su vientre y para siempre...

Aunque duela el corazón y el alma
Dios puso en el camino padres e hijos,
para aprender unos de otros,
en la enseñanza que existe,
y a veces aunque no nos guste,
el saber de sus palabras,
de ese amor de instinto de madre
hacia su protección, y aunque se alejen
y renieguen, la luz de sus genes
conectaran en generaciones, alumbrándoles
de amor, para siempre en los corazones...

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